jueves, 25 de agosto de 2016

EN CONTRA DEL PENSAMIENTO MÍTICO...




EN CONTRA DEL PENSAMIENTO MÍTICO... 
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Se habla mucho de las supersticiones con relación a las ciencias experimentales, pero nunca con relación a la ciencia económica. Quizás porque la política aún prevalece en ese último ámbito, y maneja a su placer el odio, la ignorancia y el miedo, los peores instintos del ser humano, engañando a las masas con la eficacia de un siniestro inquisidor. Si en otro tiempo estaba prohibido decir que la Tierra no era el centro del universo, ahora está prohibido decir que la riqueza no es una masa constante a lo largo de la historia, o que si se pone un precio mínimo a un bien habrá un exceso de oferta y que si se pone un precio máximo a un bien desaparecerá del mercado. Está prohibido decir que si se impide la venta legal de un producto demandado por la gente esta correrá a cargo del mercado negro. Está prohibido decir que hay una relación directa entre mayor intervencionismo público y mayor nivel de corrupción. Está prohibido recordar que, si se eliminan los incentivos económicos, se priva de impulso al trabajo y al instinto empresarial. La economía es el último refugio de los demagogos, de los tiranuelos, de los pandilleros graduados en la Complutense, porque la economía sigue dominada por los mitos y las supersticiones, y en medio de esa ignorancia los magos pueden hechizar a las masas y jugar con los sentimientos de pobres y humillados. Y no, en ese campo no hay mucho escéptico dispuesto a alzar la voz y decir la verdad, porque elogiar a Galileo en el siglo XXI viste mucho y sale gratis, pero denunciar la credulidad económica sí resulta arriesgado, y ellos saben que pueden jugarse mucho, y tienen miedo, y pocas ganas de meterse en problemas, y asumen, al fin y al cabo, que en el silencio no se vive tan mal.

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