PEQUEÑO Y ADÁNICO INOCENTE
Pequeño
y adánico inocente: el colmo del buenismo es que Daesh explica en sus
comunicados, con absoluta precisión, con claridad meridiana, las razones
exactas por las que asesina en Occidente pero tú opinas que no, que
asesina por otras. Qué pardillo eres: nos odian por lo que somos, no por
lo que hacemos, y tú te niegas a entenderlo. Prefieres imaginar que tú
eres bueno y que el malo es tu gobierno,
pero no: eres tú, tú, eres tú lo que ellos odian. Les irritan tus
creencias y, si nos las tienes, tu increencia les irrita aún más. Se
avecina una nueva Edad Oscura, con odio, miseria e intolerancia; se
avecina una teocracia sangrienta, pero aquellos a los que nos pilla esto
mayores no llegaremos a verlo: dudo que el proceso termine en menos de
50 años. Eso sí, cuando dentro de unos siglos vuelva la luz, los
historiadores se preguntarán, perplejos, por nuestra civilización: la
primera en toda la historia de la humanidad que desapareció no por el
embate de fuerzas superiores sino porque, sencillamente, decidió odiarse
a sí misma, liquidarse a sí misma. Y en ese acontecimiento
extraordinario sí que habrá culpables; por numerosos que sean, habrá
culpables muy concretos; sí que los habrá, pequeño, adánico, estúpido
inocente.